Debí caerme mas, correr mas rápido, revolcarme en el pasto, pelearme en la escuela, portarme un poco mal, hacerme la pinta en la secundaria con Rubén y Andrés, no estar siempre en el cuadro de honor, ni sacarme solo nueves y dieces, ni ganar concursos, ni pasar al frente, ni alzar siempre la mano.
Debí preguntar mas, ser menos complaciente, bajar la expectativa, no escuchar tanto, ni aconsejar tanto, ni planear tanto y a veces pienso que ni comer tanto.
Debí correr mas fuerte insisto, debí caerme, rasparme las rodillas, perderme en algún súper de niño, soltarme de la mano, desobedecer algunas veces, no voltear de vez en cuando, no entregar a tiempo las películas del video centro, no llevar completa la tarea, no contestar los cuestionarios y no colorear bien las prácticas de laboratorio. Eso es, no debí cuidar siempre que mis agujetas estuvieran abrochadas, no poner siempre buena cara, no dar siempre la razón ni explicaciones, no decir que no cuando Carlos me pidió que cerrara los ojos a los 14 años, debí decir que no cuando mi maestro de teatro habló pestes de los casting del DF y decir que si cuando Maggy comentó sobre ir ahí mismo, no hubiera llevado siempre el uniforme bien planchado, bueno por lo menos le di problemas a un profesor de Química.
Tantas cosas que no debí y otras tantas que me falto experimentar.
El hubiera no existe, pero la frase un chingo.
Ahora que puedo no me quedan, no me ajustan, no me alcanza ni me gusta, ni me interesa hacerlas, pero al menos cuando pase algo y llegue esa posibilidad, elegiré hacerlo por que ya no tengo miedo a no ser perfecto, bueno al menos eso creo. Y si diré cosas y haré otras tantas que desconcierten a quienes piensan conocerme, heriré susceptibilidades y seré tema de crítica en el café de las amigas y con suerte las llevaré del llanto a la carcajada, seré majadero con uno que otro que se pinte de digno y regularmente me justificaré pensando en que es parte del cambio, pero se siente realmente bien no perder el tiempo, ni sonreír a huevo, ni elogiar por compromiso, ni aplaudir por pena, ni reír de nervios, ni apoyar lo inlograble, ni modo hay días que me levanto intolerante y otros tantos que no me levanto.
Si la mayoria de la gente llegaramos a tener ese tipo de actitud, seriamos menos compliados
ResponderEliminarclap clap, grax quien seas por leer mis cosas, saludos
ResponderEliminarJajajajajaja muero de risa por el clap clap! ajajajajajaa love it mijis! =)
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