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Solo

                        Cuando las hojas secas se vuelvan fuego, me acostaré sobre ellas mirando al cielo, tendré paciencia de ver las formas de nubes locas que ven visiones y dan mensajes y escuchan voces de gente sola que pide a gritos la compañía de un ser querido que entienda cosas que solo entienden quienes te aman.

Cuando las olas callen para escuchar mi llanto, sabré que escuchan anhelos largos, vendrán ruidosas a acariciarme el rostro y a pedir que pare mientras me aconsejan esperar a que las hojas secas se vuelvan fuego y me recueste sobre ellas para mirar al cielo mientras descifro el porque del llanto si vivo tanto y por mientras canto canciones viejas, suspiro alientos frente al espejo.

Solo como quien mira al cielo y contempla nubes, solo como quien ríe de sus pensamientos, solo como quien prende velas y junta las manos, solo como quien come solo, mientras contempla parejas sonriendo, solo como quien observa la decadencia de las relaciones que comparten sus encuentro sexuales en las redes de quienes pescan las ilusiones de que el amor no sea sólo publicidad y aceptación, solo como ese niño que esperó solo todo el día en la escuela porqué olvidó que habría visita de su salón a algún museo, solo como quien se sienta en la playa a contemplar el color turquesa de la sal, el agua y la arena, solo como quien escribe y sueña, solo como quien abraza la almohada y se duerme solo, solo como la luna, como el sol, como el viento que recorre el mundo, solo como quien espera que llegues pronto de algún lugar donde las personas esperan sentadas en sillas de aeropuerto con un turno en la mano mientras le indican que estamos listos después del viaje y aprendizaje para recibirlos, yo también estoy sentado en mi cama mientras escribo para llamar tu atención.

Cuando tu llegues quiero que sepas que no te vayas, quiero que entiendas que estoy aquí mientras no estabas y que aún así esperaba tu llegada, se que igualmente te irás un día mientras agitas la mano diciendo adiós con lágrimas en los ojos desde la ventana de algún camión, de algún taxi que te llevará a tu destino, siempre he sabido que llegará ese día aún antes de conocerte.

Nunca he sabido cómo eres, nunca te he visto contemplar mi rostro mientras sonríes a alguna anécdota que te haya contado, te advierto que hablo sin parar cuando estoy nervioso y suelo contar mi vida en breves sesiones, de mi familia y amigos, de mis viajes por la locura de ser feliz empezando de nuevo cada vez que tuve la sensación de sanarme rápidamente cambiando de residencia.

Cuando en la noche me esconda detrás de una pared a sollozar por la felicidad de encontrarte, dedicaré el resto de ella a contemplar tu rostro para soñarte cuando no estés, mientras te encuentro entre tanta gente que solo intenta ser diferente mientras se copian estilos tontos y superficiales, mientras me paro de puntas entre la multitud para ver si así percibo tu aroma entre los gestos de quienes veo, mientras tu llegas a decir “hola” mientras te animas, mientras te observo, mientras cenamos y te lleno de alegrías y tristezas con mis palabras para después calmarte con mis abrazos y predecirte futuros buenos, mientras te anhelo, mientras te encuentro, mientras me encuentras, mientras abres los ojos y despiertas, mientras la noche se hace día y el mar cubre la arena, mientras la luna se siente sola, mientras el sol le hace compañía, mientras las tristezas se vuelven alegrías, mientras las ventanas observan las calles y las calles al cielo, veré la luna por la ventana a través de mis ojos viejos, veré el mar al cerrar los ojos mientras las olas callan mi llanto y me aconsejan que me recueste sobre hojas secas y mire al cielo con la paciencia de quien espera que el sol le seque las ropas mojadas de limpiezas espirituales en mares, de rituales de sanación del alma que llenan los oídos pero no la mente.

Contemplaré tu rostro el tiempo que pueda y tocaré tus piernas y besaré tus labios y abrazaré tu espalda, pasaré por ti un día al trabajo y te preguntaré como te ha ido, sonreiré a tus amigos aunque no todos me agraden y pensaré en el futuro que nos espera.

Si cuando llegues ya no me encuentras recuerda siempre que estuve esperándote, suspendido sobre la arena encima de hojas que fueron fuego y que avivaron mi corazón.

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